Resumencillo histórico
Mirando la situación con un poco de perspectiva, lo que me parece más trágico respecto de las elecciones de ayer (22 de noviembre de 2015) es que entierran definitivamente las esperanzas que tuvimos los que, en el 2001, pensamos que podría empezar en la Argentina una nueva política.
El descrédito hacia la clase política, las asambleas barriales, clubes de trueque, organizaciones sociales alternativas, diferentes clases sociales con conciencia de clase y protestando a la par ("piquete y cacerola, la lucha es una sola") podían servir para generar un gobierno más allá de la democracia pobre que siempre tuvimos. Poniéndose bien en zurdo, si ésas no eran las condiciones para la revolución, cuáles eran?
Después vinieron unos cuantos meses de un gobierno que represivo, que amenazaba con militarización y que se tuvo que ir, no como sucede habitualmente por incomodidades económicas o (como en este caso) clasistas de la clase media o alta, sino por dos manifestantes humildes muertos.
Y después a muchos se nos prendió la esperanza de nuevo (a mí me duró, en tanto refulgente, muy poco) cuando vino un tipo que se metía contra los ex-dictadores. Que, claro, no tenían el poder que habían tenido, pero al menos era algo: alguien se preocupaba por las cuestiones de fondo: mandar a la cárcel a los genocidas, sanear la corte suprema.
Dije que la esperanza refulgente me duró poco porque ni bien iba notando estas cosas, la vi un día a Cristina discutiendo en el senado, por televisión, en directo, sin recortes, sin comentarios. Serían principios del 2006. La vi chicanera, soberbia, trabando la discusión con argumentos que ella sabía equivocados. Hay que recordar que en ese entonces los diarios de mayor tirada, e inclusive quienes hoy son los enemigos más obvios, hablaban maravillas de Néstor (el idilio duró hasta el conflicto con las patronales agropecuarias) mientras a Cristina se le hacía cierta fama de "buena oradora". Con lo cual recuerdo haber contrastado esa imagen que me había quedado de Cristina respecto a la que tenía gente cercana, algunas discusiones. Recuerdo que esa misma noche que la vi en el senado pensé "con esta gente estamos perdidos".
Es que se pueden hacer muchas, muchísimas cosas buenas. Pero es una obviedad que, si lo bueno que uno hace no está sobre una base sólida, se termina cayendo. Y yo vi, tratando de resumirlo, alguien que estaba tratando de ganar la discusión no por el hecho de creer que la ley en discusión era mejor, sino simplemente por el hecho de que le convenía a su partido y de que le daban los votos para sacarla y punto. Y sobre la base de gente que discute en esos términos, lo bueno definitivamente iba a tener vencimiento.
Pero no crean que ignoro las cosas buenas que se hicieron: se consiguieron derechos como el matrimonio igualitario (que implicó la legalización del casamiento entre personas del mismo sexo biológico), el subsidio universal a la niñez, apoyo a la ciencia y tecnología, la economía permitió que se abrieran nuevos puestos de trabajo, el desempleo disminuyó dramáticamente, se crearon contenidos culturales de calidad en medios estatales, se evitó el endeudamiento, se litigó contra los acreedores usureros, y la lista sigue.
Las faltas del kirchnerismo
Se puede amonestar al kirchnerismo por muchos motivos (falta de estadísticas creíbles, uso del aparato estatal en beneficio del partido) pero el principal es haber perdido la elección de ayer, dejándole el gobierno a la derecha más temible y dando un corte objetivo al giro hacia la izquierda que la sociedad había tomado en 2001. Por eso quiero enfocarme en los motivos de esa derrota, más que nada para no olvidármelos.
El kirchnerismo se organizó como un movimiento para fanáticos. Cualquier disenso, o inclusive reparo, era tildado de "gorila", o de tibieza cobarde, o de ser una repetición acrítica del discurso de los medios masivos. Críticos decentes eran, en programas de televisión del aparato estatal, asociados (a través de largas cadenas transitivas de participación en colectivos comunes) a personajes nefastos como el ex-presidente de la Rua o el mismísimo Hitler, en informes burdos que terminaban con fotos de Hitler o videos de la represión en 2001. Alejaron gente que no es perfecta pero que es valiosa. Dejaron adentro a impresentables gobernadores provinciales, porque traían votos.
Pusieron al país en un "chicken game" (juego del cobarde). Son juegos en el que dos participantes están en una situación en la que pierden mucho (incluso la vida) y el primero en actuar para salir de la situación (y sacar al otro también) es el cobarde. Ejemplo: dos autos a toda velocidad enfrentados: el que dobla primero es el "chicken" que pierde el juego. Eran ellos así como eran o la derecha. "A la izquierda de Néstor está la pared", es una frase que refleja esa idea. Porque nunca cambiaron su actitud en base a lo que la sociedad les pedía. No hubo ni estadísticas creíbles (y hubo gente diciendo muy suelta de cuerpo que había menos pobreza que en Alemania), ni dejaron de usar el aparato del estado para hacer propaganda contra sus adversarios políticos (y contra sus críticos mínimos), ni se despegaron de los gobernadores sacados de formol del siglo XIX. Nunca dejaron de decir: somos nosotros o la derecha. Amenazaron decenas de veces con que había que apoyar el gobierno porque si no los iban a tumbar. Y cómo se fueron? Habiendo sido el partido que impulso las primarias obligatorias, eligió a dedo su candidato (porque era el que ganaba) y perdió, un imbécil con cierta buena gente atrás, contra un imbécil sostenido por lo peor del país.
El personalismo del kirchnerismo le impidió formar sucesores: las ideas de "Cristina eterna" y de "hablar de sucesor de Cristina es traición a la patria" son testimonios. A Cristina, como a todos, nos amenaza la finitud: algún día ya no iba a poder ser reelecta, o se iba a morir, u otra cosa. Es también sospechoso que le haya costado a todo un movimiento nacional encontrar un sucesor decente. Es tan pobre la clase política? Los decentes los criticaron y entonces quedaron excluidos? Quién sabe...
Para ganar dos o tres puntitos en una elección que ya sabían perdida, recientemente Cristina dijo que el conflicto con el campo (que puso al país en un estado de tensión en el que no había estado en 30 años) había sido un error en los números de su entonces ministro de economía, quien era ahora opositor en la elección. Esa decisión fue defendida por todo el kirchnerismo con fervor de cruzado, quienes se opusieron o expresaron reparos fueron tachados de traidores, el país estuvo parado durante meses. Claro, yo creo, intuyo, como muchos, que realmente no piensa que fue un error del ministro. Pero, entonces, cómo es? A los fines de ganar una elección se puede decir cualquier cosa? Cuando dice algo que textualmente me llevaría a apoyarlos tengo que creer que es lo que realmente piensan, y cuando me llevaría a rechazarlos creer que es "una estrategia"? Ese día la esperanza de la que hablaba antes, que ya bien flaca estaba, se apagó del todo.
Y ahora?
En lo económico, es fácil pensar que la liberación de importación, exportación y mercado cambiario van a volver a Argentina un país carísimo, y es previsible que ese costo se pague contrayendo deuda durante los primeros cuatro años. De esta manera se sostendrán los subsidios y se descomprimirán las quejas de la clase media, creando cuatro años de aparente bonanza, que probablemente llevarán a una reelección. Las consecuencias del endeudamiento y de la destrucción de la industria nacional se pagarán tarde o temprano.
En materia de derechos humanos, la prosecución se hará sin duda más débil. En caso de haber indultos el malestar social generado sería grandísimo, quiero creer que no se llegará a tanto.
Está la pregunta de si el congreso va a acompañarlo. Si bien hay una mayoría del kirchnerismo, con el pretexto de que "con la bosta también se hacen ladrillos", el kirchnerismo ha metido en el congreso cantidades no despreciables de bosta, y hay que ver cuanta de esa bosta se va con la mierda a la primera de cambio.
Hay que salir a la calle, expresar el disenso con inteligencia, manifestándose como se pueda, pero acordándose de que el kirchnerismo se equivocó y mucho, especialmente en la intención detrás de aquel "si quieren gobernar formen un partido y ganen las elecciones".
Mirando la situación con un poco de perspectiva, lo que me parece más trágico respecto de las elecciones de ayer (22 de noviembre de 2015) es que entierran definitivamente las esperanzas que tuvimos los que, en el 2001, pensamos que podría empezar en la Argentina una nueva política.
El descrédito hacia la clase política, las asambleas barriales, clubes de trueque, organizaciones sociales alternativas, diferentes clases sociales con conciencia de clase y protestando a la par ("piquete y cacerola, la lucha es una sola") podían servir para generar un gobierno más allá de la democracia pobre que siempre tuvimos. Poniéndose bien en zurdo, si ésas no eran las condiciones para la revolución, cuáles eran?
Después vinieron unos cuantos meses de un gobierno que represivo, que amenazaba con militarización y que se tuvo que ir, no como sucede habitualmente por incomodidades económicas o (como en este caso) clasistas de la clase media o alta, sino por dos manifestantes humildes muertos.
Y después a muchos se nos prendió la esperanza de nuevo (a mí me duró, en tanto refulgente, muy poco) cuando vino un tipo que se metía contra los ex-dictadores. Que, claro, no tenían el poder que habían tenido, pero al menos era algo: alguien se preocupaba por las cuestiones de fondo: mandar a la cárcel a los genocidas, sanear la corte suprema.
Dije que la esperanza refulgente me duró poco porque ni bien iba notando estas cosas, la vi un día a Cristina discutiendo en el senado, por televisión, en directo, sin recortes, sin comentarios. Serían principios del 2006. La vi chicanera, soberbia, trabando la discusión con argumentos que ella sabía equivocados. Hay que recordar que en ese entonces los diarios de mayor tirada, e inclusive quienes hoy son los enemigos más obvios, hablaban maravillas de Néstor (el idilio duró hasta el conflicto con las patronales agropecuarias) mientras a Cristina se le hacía cierta fama de "buena oradora". Con lo cual recuerdo haber contrastado esa imagen que me había quedado de Cristina respecto a la que tenía gente cercana, algunas discusiones. Recuerdo que esa misma noche que la vi en el senado pensé "con esta gente estamos perdidos".
Es que se pueden hacer muchas, muchísimas cosas buenas. Pero es una obviedad que, si lo bueno que uno hace no está sobre una base sólida, se termina cayendo. Y yo vi, tratando de resumirlo, alguien que estaba tratando de ganar la discusión no por el hecho de creer que la ley en discusión era mejor, sino simplemente por el hecho de que le convenía a su partido y de que le daban los votos para sacarla y punto. Y sobre la base de gente que discute en esos términos, lo bueno definitivamente iba a tener vencimiento.
Pero no crean que ignoro las cosas buenas que se hicieron: se consiguieron derechos como el matrimonio igualitario (que implicó la legalización del casamiento entre personas del mismo sexo biológico), el subsidio universal a la niñez, apoyo a la ciencia y tecnología, la economía permitió que se abrieran nuevos puestos de trabajo, el desempleo disminuyó dramáticamente, se crearon contenidos culturales de calidad en medios estatales, se evitó el endeudamiento, se litigó contra los acreedores usureros, y la lista sigue.
Las faltas del kirchnerismo
Se puede amonestar al kirchnerismo por muchos motivos (falta de estadísticas creíbles, uso del aparato estatal en beneficio del partido) pero el principal es haber perdido la elección de ayer, dejándole el gobierno a la derecha más temible y dando un corte objetivo al giro hacia la izquierda que la sociedad había tomado en 2001. Por eso quiero enfocarme en los motivos de esa derrota, más que nada para no olvidármelos.
El kirchnerismo se organizó como un movimiento para fanáticos. Cualquier disenso, o inclusive reparo, era tildado de "gorila", o de tibieza cobarde, o de ser una repetición acrítica del discurso de los medios masivos. Críticos decentes eran, en programas de televisión del aparato estatal, asociados (a través de largas cadenas transitivas de participación en colectivos comunes) a personajes nefastos como el ex-presidente de la Rua o el mismísimo Hitler, en informes burdos que terminaban con fotos de Hitler o videos de la represión en 2001. Alejaron gente que no es perfecta pero que es valiosa. Dejaron adentro a impresentables gobernadores provinciales, porque traían votos.
Pusieron al país en un "chicken game" (juego del cobarde). Son juegos en el que dos participantes están en una situación en la que pierden mucho (incluso la vida) y el primero en actuar para salir de la situación (y sacar al otro también) es el cobarde. Ejemplo: dos autos a toda velocidad enfrentados: el que dobla primero es el "chicken" que pierde el juego. Eran ellos así como eran o la derecha. "A la izquierda de Néstor está la pared", es una frase que refleja esa idea. Porque nunca cambiaron su actitud en base a lo que la sociedad les pedía. No hubo ni estadísticas creíbles (y hubo gente diciendo muy suelta de cuerpo que había menos pobreza que en Alemania), ni dejaron de usar el aparato del estado para hacer propaganda contra sus adversarios políticos (y contra sus críticos mínimos), ni se despegaron de los gobernadores sacados de formol del siglo XIX. Nunca dejaron de decir: somos nosotros o la derecha. Amenazaron decenas de veces con que había que apoyar el gobierno porque si no los iban a tumbar. Y cómo se fueron? Habiendo sido el partido que impulso las primarias obligatorias, eligió a dedo su candidato (porque era el que ganaba) y perdió, un imbécil con cierta buena gente atrás, contra un imbécil sostenido por lo peor del país.
El personalismo del kirchnerismo le impidió formar sucesores: las ideas de "Cristina eterna" y de "hablar de sucesor de Cristina es traición a la patria" son testimonios. A Cristina, como a todos, nos amenaza la finitud: algún día ya no iba a poder ser reelecta, o se iba a morir, u otra cosa. Es también sospechoso que le haya costado a todo un movimiento nacional encontrar un sucesor decente. Es tan pobre la clase política? Los decentes los criticaron y entonces quedaron excluidos? Quién sabe...
Para ganar dos o tres puntitos en una elección que ya sabían perdida, recientemente Cristina dijo que el conflicto con el campo (que puso al país en un estado de tensión en el que no había estado en 30 años) había sido un error en los números de su entonces ministro de economía, quien era ahora opositor en la elección. Esa decisión fue defendida por todo el kirchnerismo con fervor de cruzado, quienes se opusieron o expresaron reparos fueron tachados de traidores, el país estuvo parado durante meses. Claro, yo creo, intuyo, como muchos, que realmente no piensa que fue un error del ministro. Pero, entonces, cómo es? A los fines de ganar una elección se puede decir cualquier cosa? Cuando dice algo que textualmente me llevaría a apoyarlos tengo que creer que es lo que realmente piensan, y cuando me llevaría a rechazarlos creer que es "una estrategia"? Ese día la esperanza de la que hablaba antes, que ya bien flaca estaba, se apagó del todo.
Y ahora?
En lo económico, es fácil pensar que la liberación de importación, exportación y mercado cambiario van a volver a Argentina un país carísimo, y es previsible que ese costo se pague contrayendo deuda durante los primeros cuatro años. De esta manera se sostendrán los subsidios y se descomprimirán las quejas de la clase media, creando cuatro años de aparente bonanza, que probablemente llevarán a una reelección. Las consecuencias del endeudamiento y de la destrucción de la industria nacional se pagarán tarde o temprano.
En materia de derechos humanos, la prosecución se hará sin duda más débil. En caso de haber indultos el malestar social generado sería grandísimo, quiero creer que no se llegará a tanto.
Está la pregunta de si el congreso va a acompañarlo. Si bien hay una mayoría del kirchnerismo, con el pretexto de que "con la bosta también se hacen ladrillos", el kirchnerismo ha metido en el congreso cantidades no despreciables de bosta, y hay que ver cuanta de esa bosta se va con la mierda a la primera de cambio.
Hay que salir a la calle, expresar el disenso con inteligencia, manifestándose como se pueda, pero acordándose de que el kirchnerismo se equivocó y mucho, especialmente en la intención detrás de aquel "si quieren gobernar formen un partido y ganen las elecciones".